jueves, 5 de mayo de 2016

De quien te admira

"Ya llegará el tiempo de no tenernos y espero hasta ese día haber disfrutado lo suficiente de ti y llevarte fuerte dentro de mí". E.G.

Te deseo pájaros azules en primavera que le den a tu corazón una canción para cantar. Y luego un beso, pero más que eso, te deseo amor.

Y en julio, una limonada que te refresque en el frondoso bosque. Te deseo salud. Y más que riqueza, te deseo amor.

Mi corazón roto y yo acordamos que tú y yo ya no podemos ser. Así que con mi mayor, mi mayor voluntad te dejo libre.

Te deseo refugio para la tormenta, una cálida fogata que te mantenga tibio. Pero más que todo, cuando caiga la nieve, te deseo amor.

Y más que todo, cuando caiga la nieve, te deseo amor.



lunes, 2 de mayo de 2016

Tres de la mañana de cualquier día

No sabía si era domingo, viernes o lunes. Era un día triste; los días tristes no tienen identidad. No sabía si iba o venía, ni por qué la gente me veía con tanta lástima como con ganas de extenderme una mano. Como se le mira a quien acaba de perder su hogar, el único lugar al que podía volver con regocijo, donde siempre había té caliente y un abrazo eterno sobre la cama. ¿Cómo sostenerse en pie si el dolor pesa tanto? ¿Cómo saber a dónde ir después del derrumbe?

Me levanté y eran las tres de la mañana de cualquier día, te había soñado. Soñé que me decías que me acercara más, que me acomodara entre tus brazos y me pegara a tu cuerpo, que todo había sido un mal sueño; como la vez que dormimos en la colchoneta tendida en el suelo y que me despertaron las pesadillas. Pero esta vez no estabas tú para consolarme y me sentí tan vacía, me sentí tan pequeña, tan frágil, tan desprotegida, que pensé en Mauri. Imaginé que seguramente así se sentía el último día de su vida. Pensé en las personas que deciden terminar con todo el dolor de golpe. Y me acordé de ti, de cuándo me dijiste que uno debería elegir el día su muerte y por primera vez te di la razón. 

¿Y si me abrazas por un ratito? Necesito que me llenes de vitalidad, que tu risa le dé energía a mi cuerpo, que tus manos vuelvan a buscar las mías, y sentir como esa calidez nos recorre todo el cuerpo.
Sigo estando a tus 6.

martes, 22 de marzo de 2016

¿Dónde estás, Mauri?

Ayer me cayó la noticia de golpe, hice una pausa y una llamada. La noticia se cayó al suelo junto con las lágrimas. Que no podía ser cierto, que no quería que lo fuera, pero lo era y lo es.

Mangee Kanyakumari, ¿a dónde fuiste? ¿dónde te metiste, mujer? ¿por qué ya no estás si hace poco estabas? Tu gente está preguntando por ti, ¿qué les digo? ¿qué me digo?

Desperté con los ojos hinchados y era martes. ¿Lo había soñado? Todos escribieron sobre tu partida: era cierto. Ya habías cruzado la línea más delgada. Me puse a pensar en los cafés a los que ya no íbamos a ir para platicar del cómo fuimos dejando de ser niñas y nos fueron naciendo alas. Me puse a pensar en las cervezas que ya no nos íbamos a tomar, en los consejos que ya no nos íbamos a dar, en las canciones que no íbamos a cantar cuando nos encontráramos una tercera vez, cuando fuéramos amigas.

Nos faltó tiempo y nos sobraron ganas de conversar, pero nos estamos viendo para recuperar el tiempo perdido.

Buen viaje, mandarina.