Se
fue junio como queriendo quedarse, se dio la vuelta y caminó despacio esperando
que le pidieras un momento más, que le dijeras que sus tardes nubladas te recuerdan
a mí y que te sentaras con él en la acrópolis para volver a verme acostada en
tu cama diciéndote que vengas porque empieza a llover y que me digas que
estás por terminarte el último cigarro y luego me observes como si estuvieras construyendo mi imagen en tu memoria para cuando ya no la
tengas a seis pasos de ti.
Él
partió y tú no lo buscaste. Bajó por las escaleras de caracol a la cocina, tomó
nuestras noches bebiendo chocolate caliente y echó agua fría a nuestras risas, a ver
si revivían, pero no. Se despidió del
perro que no era tuyo y volvió a vernos descalzos en los sillones de piel
escuchando a Fénix, que seguramente nos contaba de nuevo que ya no quiere ser tan borracho. También te vio besándome la frente y diciéndome que me recostara en tu hombro mientras
que nos íbamos a dormir.
Recogiendo
los momentos que planeaba llevarse, volvió a toparse contigo diciéndome lo bonito
que te parecía el vestido azul que llevaba puesto, y yo haciéndote una media
sonrisa, tú tomándome de la mano y agradeciéndome por estar.
Se hace tarde y alguien debe irse.
Ya está la puerta abierta.
Alguien se está poniendo difícil…
Se hace tarde y alguien debe irse.
Ya está la puerta abierta.
Alguien se está poniendo difícil…
Ya
en la puerta, echando un vistazo atrás, confirma que no ha dejado nada, y se va.
Pd: Si quieres que te cuente un secreto, debo confesarte que yo tampoco lo detuve, pero sí lo despedí. También me besó la frente y prometió recordarnos algún día de verano.
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